LA ALIMENTACIÓN Y HÁBITOS ALIMENTARIOS

LA ALIMENTACIÓN
 Introducción: Desde el conocimiento del sentido común, comer se nos presenta como un hecho biológico, natural, un acto repetitivo y voluntario: “todos necesitamos comer para vivir”. Si bien parece un simple acto que se simplifica en: “Alimentarse es incorporar al organismo alimentos que pueden contener o no energía y nutrientes”, denota mayor complejidad. Todos sentimos la necesidad de comer para subsistir, sin embargo, podemos observar que no todas las personas se alimentan de igual manera, así varia en los países del mundo, los pueblos, y a través del tiempo. Aparece entonces lo que se denomina la relatividad de la cultura alimentaria: infinitas formas en que los distintos pueblos a través del tiempo han respondido al imperativo biológico de ingerir nutrientes necesarios para vivir y reproducirse. En general suele haber grandes diferencias cuanti y cualitativas entre lo que los seres humanos deberían comer por necesidades biológicas (para crecer, desarrollarse o mantenerse, etc.) y lo que realmente comen. Esta diferencia está determinada por los hábitos alimentarios los cuales se van formando desde edades tempranas.
Podemos definir al hábito como la Costumbre o práctica adquirida por frecuencia de repetición de un acto. Estos hábitos podrán ser saludables o no saludables para la manutención y prevención de enfermedades futuras. La alimentación es un acto voluntario y complejo ya que obedece a la influencia de diversos factores. Para comprender la complejidad del evento alimentario y entender por qué la gente come lo que come tenemos que tener en cuenta elementos de diferente carácter, por ejemplo:
· Biológicos: las necesidades y capacidades del organismo del comensal humano y las características de los alimentos (su aporte en nutrientes)
 · Ecológicos: las posibilidades y restricciones que impone el ambiente a la producción y distribución de alimentos para que mediatizados por la utilización de cierta tecnología – resulten sustentables para una población determinada.
· Demográficos: la cantidad, composición y costumbres de la población interactuando con factores ecológicos, condicionan la dieta. Por ejemplo: donde hay poblaciones numerosas viviendo en ambientes circunscriptos, la opción económica y ecológica más ventajosa.
· Tecnológicos: las soluciones prácticas que encuentran las poblaciones para manejar la producción-distribución y consumo de alimentos.
· Económicos: los circuitos de producción –distribución, las cadenas de valor que hacen que los alimentos lleguen al comensal ya sea por mecanismos de mercado o asistencia, donde hay estado y los alimentos se compran o se reciben; o las relaciones e solidaridad entre amigos, vecinos o familiares.
· Sociales: acorde a la posición social los comensales comerán diferentes comidas. En las sociedades de mercado, donde el dinero regula las transacciones, si es pobre comerá una gama restringida de productos más baratos de la estructura de precios y si es rico podrá diversificar su dieta incluyendo hasta alimentos más exóticos y costosos.
· Simbólicos: son representaciones sociales de los alimentos. Las Personas dan significación a los alimentos y preparaciones de comida. Ejemplos:  Niños (papillas); Adolescentes (hamburguesas y gaseosas);  Ricos (caviar); Pobres (fideos – guisos);  Momentos o tiempos festivos (champagne, tortas). Estas clasificaciones son relativas y propias de cada sociedad, y varia en la misma población y cambian con el tiempo.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA FORMACIÓN DE LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS
Los factores de tipo cultural, social y psicológico son los que influyen en mayor medida en la formación de los hábitos alimentarios.
· Influencias culturales: estas se fundan en circunstancias como la disponibilidad del alimento a nivel regional, consideraciones económicas o el simbolismo con el cual los alimentos son asociados. Ejemplos: el alimento considerado como principal puede ser diferente en los distintos países. -aspectos religiosos -alimentos preferidos para cada comida: el desayuno americano es muy diferente al desayuno argentino. -comidas al paso o de rápido consumo dependiendo del lugar donde se desempeñe. -alimentos considerados apropiados por costumbres familiares: pastas o asado los domingos. Comidas especiales para acontecimientos importantes.
· Influencias sociales: hay dos aspectos que se relacionan con los hábitos, la estructura de clases de acuerdo posición o clase económica, alta-media-baja, la disponibilidad de dinero influye directamente en la selección, compra de alimentos y cantidad. También se destaca el sistema de valores que tienen las personas sobre un alimento como símbolo de prestigio.
· Influencias psicológicas: La motivación y la percepción han sido identificadas como importantes en la conformación de hábitos alimentarios.
El alimento como estímulo emocional:
 Depende de las experiencias vividas durante la alimentación en la niñez que pueden ser agradables o desagradables, influencias familiares, religiosas y factores económicos. Por ejemplo: si el niño probó un alimento nuevo (ejemplo: hígado, polenta, etc.) en un ambiente conflictivo (peleas familiares durante el almuerzo) va a rechazar siempre el alimento porque lo va asociar con esa situación dramática a la hora de comer. También puede asociar los alimentos con las ideas de Premio (golosinas) o castigo (sopa). Entonces cuando sea grande se puede llegar a gratificar con comida ante ciertas situaciones. Comer chocolate cuando se tiene ansiedad o angustia para “llenar un vacío”.
El alimento como estímulo psicofísico:
Las características físicas del alimento impresionan y estimulan los sentidos llevándonos a la aceptación o rechazo del alimento: la vista, el olor, el gusto, la consistencia, la temperatura, el ruido al consumirlo, el tacto, la forma. Ejemplo: los condimentos que se agregan a las comidas resaltan y modifican el sabor y el olor de las preparaciones. La presentación y decoración de un plato acaparan a nuestra vista incitándonos a probar los alimentos. El ruido de alimentos crujientes (como torrejitas, bastoncitos de papas o batata) atraen a los chicos a comer alimentos nuevos así como el contacto con las manos de los alimentos. Al contrario alimentos duros, sin buena cocción o condimentación, fríos no atraen a los sentidos.

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